Hemos crecido con la noción de que los bancos son el lugar más seguro para nuestro dinero. Después de todo, se supone que nuestro dinero está bien resguardado en un banco y que al dejarlo ahí no corremos el riesgo de perderlo o de que nos lo roben.
Todo esto suena muy bien hasta que empiezan a surgir situaciones como la bancarrota de Silicon Valley Bank (SVB) y el no muy prometedor panorama del Deutsche Bank. En estos momentos, parece que el banco no es el lugar más seguro para nuestros ahorros después de todo.
La razón por la que nuestro dinero no está tan seguro en el banco es porque cuando tú depositas tu dinero en el banco deja de ser tuyo. Lo que pasa, es que ese dinero que depositaste se convierte en un préstamo que tú le estás dando al banco y se convierte en una deuda que el banco tiene contigo.
Esto quiere decir que cuando depositas en tu cuenta, el banco adquiere la propiedad de ese dinero hasta que termines tu contrato con ellos o hasta que solicites tu dinero de regreso. Al hacer el depósito ese dinero se convierte en un activo del banco, por lo tanto, el banco puede hacer lo que quiera con él. Los bancos suelen usar el dinero de sus clientes para realizar préstamos e inversiones como parte del sistema de la banca fraccionaria.
Para comprenderlo, hay que entender de qué se tratan los balances bancarios. Estos balances tienen una columna de activos y otra de pasivos que representan lo que tiene la empresa y lo que debe.
“Cuando el banco da un préstamo se genera un activo y un pasivo. Es un activo porque el cliente al que le prestaron el dinero lo tiene que devolver con intereses y un pasivo, porque salió del banco (Oro y Finanzas, 2015).”
De esta manera, podemos decir que el banco está creando activos “por arte de magia”, puesto que sus activos están aumentando por el simple hecho de haber realizado un préstamo, ya que cuenta con que ese cliente lo pague en un plazo estimado de tiempo.
Así es como los activos de los bancos incrementan y aparentan ser mayores a lo que realmente se tiene resguardado físicamente. Todo es un círculo: tú depositas $100 en el banco, el banco los presta a alguien más con intereses y, por lo tanto, el banco declara en sus activos que tiene $200, más los intereses del préstamo.
Aunque no parezca que el dinero sea deuda, “abarata los costes de efectuar pagos y, por otro lado, introduce flexibilidad a la hora de ajustar la oferta monetaria a su demanda (Cobden, 2010).” A pesar de eso, es inevitable resaltar los riesgos que esto conlleva. Si el deudor del banco, cuyos pasivos se están utilizando como “dinero”, no puede o decide no pagar, el banco pierde el valor de esos activos.
Estos balances bancarios vienen con diferentes riesgos, entres ellos:
- Falta de liquidez: esto sucede cuando muchos clientes quieren retirar todo su dinero a la vez. Como el banco lo tiene prestado y no está resguardado, le puede ser imposible regresar todos esos fondos al mismo tiempo, a menos de que el mismo banco consiga un préstamo. En estas situaciones, los bancos centrales suelen intervenir para proteger los ahorros de los clientes.
- Insolvencia: Si se diera el caso de que varios de los deudores del banco no son capaces de pagar la deuda, el banco podría volverse insolvente. Es decir, que tendría más pasivos que activos, lo que lo llevaría a la bancarrota.
Creo que comprender los riesgos del mundo de la banca es esencial para conocer cómo se mueve la economía y la importancia de diversificar nuestras inversiones. Por otro lado, también nos ayuda a comprender la noción de lo que alternativas como las criptomonedas pudieran traer a la mesa.
Referencias:
http://www.cobdencentre.org/2010/09/the-legal-relationship-between-the-banker-and-his-customer/
https://www.oroyfinanzas.com/2015/09/por-que-dinero-que-depositas-banco-no-es-tuyo/